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A trabajar se dijo

¿Alguna sugerencia?

manuelita otero

El otro día leí un artículo de Shayla Love en el New York Times acerca de abrir nuestras vidas a las sugerencias de otras personas. Ella tomó la idea cuando leyó acerca de un proyecto llamado Suggestion Box iniciado por el Dr. Agnes Callard, profesor de Filosofía en la Universidad de Chicago. Ella usó una encuesta en formato de Google en donde invitaba a las personas a darle sugerencias acerca de cómo podía mejorar. Cuando leí esto me emocioné… ¿Por qué? Porque uno de mis objetivos permanentes es crecer y aprender nuevas cosas, y esta idea de Shayla parecía ser una forma perfecta de hacerlo. 

Si soy honesta, a veces cuando alguien me da una sugerencia en vez de ver una nueva perspectiva o una oportunidad para crecer como persona, lo que oigo en mi mente es “no estás haciendo las cosas bien y esto es lo que deberías hacer ahora”. En vez de información útil muchas veces cuando oigo una sugerencia, veo es un ataque, uno inexistente que he creado sin razón alguna. Con los años he aprendido a reconocerlos y a callar la voz perfeccionista dentro de mí porque no quiero perder oportunidades de mejorar. 

Mientras continuaba leyendo el artículo aprendí acerca de nuestra tendencia de preferir los consejos y las sugerencias que se alinean con nuestra opiniones. Creo que todos hemos estado ahí. Alguien nos está diciendo algo y en vez de escucharlo atentamente estamos planeando nuestra respuesta para defender nuestro punto de vista porque queremos que las otras personas estén de acuerdo con nosotros. Y aunque preferir nuestra opiniones y querer que las cosas se hagan a nuestra manera es algo inherente a nosotros como humanos, hay formas de aprender cómo escuchar diferentes puntos de vista y cómo estar abiertas a las sugerencias. En mi caso, el autoconocimiento me ha ayudado mucho. Entre mejor me conozco, puedo observar con más detalle las situaciones que enfrento cada día y me es más fácil entender mis reacciones y ajustar lo que es necesario ajustar. 

El significado de la palabra sugerencia es: Una idea o plan presentado para consideración; entonces hay libertad de escoger si uno toma o no las sugerencias. Son una opción para considerar, más no una obligación. Me gusta cómo Shayla nos recuerda que “lo que realmente importa es cómo tú decides acercarte a las sugerencias de otros y qué haces con ellas”. Es una situación gana-gana en la que agradecemos la vida de otras personas y a la vez enriquecemos las nuestras abriéndonos a las oportunidades que las sugerencias nos brindan.

Entre más pienso en esto, creo que es el momento perfecto del año para pedir sugerencias. Mientras cerramos este año 2023, puede ser divertido tener una lista de ideas, cosas nuevas para intentar, maneras para mejorar lo que estamos haciendo actualmente, libros para leer… Las posibilidades pueden ser infinitas y lo mejor: ¡la decisión es mía!.  

Manuelita

¡No revientes tu tiempo!

manuelita otero

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Cuando empezó la pandemia mi rol principal era el de mamá de una chiquita hermosa de 8 años - que hoy tiene casi 10-. Lo que quiere decir que ya llevamos nuestros buenos meses en todo este rollo del Covid 19. Con la llegada de la pandemia y  la cuarentena a Bogotá -que fue muy estricta-, muchos de mis proyectos laborales se cayeron. Con la responsabilidad de la casa encima, de apoyar a mi chiquita con el colegio virtual -que era nuevo tanto para ella como para los profesores- y de jugarle mucho por la ausencia de otros niños a causa del encierro obligado, en las primeras semanas de cuarentena se me ocurrió la genial idea de trabajar de 5 p.m. a 8 p.m. luego de unas jornadas extenuantes en mi papel de mamá y de ama de casa. En mi opinión y en mi sabiduría, me pareció la solución perfecta. Así podría estar todo el día pendiente de la casa, los pagos, los domicilios, mi esposo, mi hija y en la tarde-noche me podría concentrar en mi trabajo profesional para empezar la búsqueda de nuevas oportunidades.    

Los meses pasaron y la verdad es que esta idea fue un total desastre. Me enfermé de las manos por exceso de trabajo, (¡De las dos manos!), vivía cansada, agotada y pidiendo en mi casa orden y silencio de 5 p.m. a 8 p.m. para poder trabajar “tranquila” ya que vivimos en un espacio principalmente abierto. Las mamás sabemos que si hay un horario difícil de manejar con los niños es precisamente ese en el que yo pretendía ser tremendamente productiva y concentrarme. Sabemos que si hay un horario absurdo para pedir silencio y compostura es ¡justamente ese! Y eso sin contar que, además, muchos días a esa hora me costaba soltar el control de las tareas y de la comida saludable a mi esposo. (Las mamás también sabemos que los hombres tienen sus formas bien diferentes de hacer las cosas - No por eso malas. Sencillamente diferentes, incluso, más veces de las que quisiéramos, más prácticas y relajadas).   

Después de llevar más de medio año en esta locura de vida y de horario laboral, tuve que parar -sí o sí- un par de semanas para poder recuperarme del Covid 19 y fue ahí justamente, sin hacer mucho, que caí en cuenta de que me estaba reventando tontamente, que había deteriorado mi salud, mi estabilidad emocional y otras cosas importantes por tratar de tener un equilibrio que es imposible tener cuando intentas como mujer responder en muchos frentes y roles a la vez con la misma diligencia y energía. Y con esto no quiero decir que tenga algo de malo ser mamá, trabajar, estudiar, hacer deporte, etc, en una misma época de nuestra vida; quiero decir que hay que saber cómo hacerlo sin engañarnos ni ponernos tanta presión encima. 

Recuperarme de las manos no ha sido fácil, he tenido que visitar varios médicos y he estado a punto de cirugía -lo que me llevaría a una incapacidad de meses porque se trata de ambas manos-, pero voy bien porque decidí ponerle un STOP a toda esa locura de reventar mi tiempo y mis horarios. Ahora, ese espacio de  5 p.m. a 8 p.m. generalmente se lo dedico a mi familia, a las tareas de mi hija y me lo dedico a mí también. Busqué la forma de trabajar un rato en la mañana y en la tarde, soltando un poco el control del colegio virtual, entendiendo con paciencia que no estoy precisamente en la etapa profesional más productiva de mi vida, disfrutando las tareas de la casa -que por la situación de pandemia me veo obligada a hacer con más frecuencia e intensidad de la que quisiera-, confiando en que lo mejor laboralmente está aún por venir y, por último, creyendo que esta pandemia no es eterna, como tampoco lo son sus circunstancias difíciles y complejas. Llegará el momento en que me sobrará tiempo para mí y para mi vida profesional, pero por ahora voy a disfrutar más de mi hija, mi casa y las contadas horas que alcanzo a trabajar en lo mío.

Siempre había creído que los síntomas de una persona workahólica o adicta al trabajo se daban sólo en el ámbito laboral, pero después de esta experiencia noté que también pueden aparecer en las mujeres en el ámbito personal como mamás o como amas de casa porque son roles que también demandan una enorme cantidad de trabajo a la que a veces no es fácil ponerle límites. Aunque reconozco que es linda y tierna la expresión de que las mamás somos 24-7, cuando nos lo tomamos muy a pecho, sin dejar tiempo libre para nosotras, se convierte en un modo de vida perjudicial para la salud (y no sólo para la salud física). 

Mis pocas horas de trabajo profesional ahora son más productivas y felices porque decidí no excederme más. Incluso los frutos económicos son más evidentes. No fue una decisión fácil, porque la presión alrededor nuestro suele ser grande... ¿Por qué no estudias más? ¿Por qué no ganas más? ¿Por qué no trabajas más duro por tus sueños? ¿Por qué no te capacitas más? ¿Por qué no buscas un mejor trabajo?. Y la lista es interminable.

La pandemia ha sido un evento mundial tan raro y atípico que a mí me cuesta hacer generalizaciones de cómo nos ha afectado a las mujeres. Depende de tantos y tan diferentes factores la situación de cada una que no me atrevo a generalizar. Claro, hay cosas y sentimientos que seguramente se comparten - especialmente entre aquellas a las que nos ha tocado tener niños en casa en colegio virtual obligado-, pero sin duda todo esto es algo bien particular para cada quien. Es una época en la que no es tan sencillo dar consejos y ponerse en los zapatos de la otra persona y en la que debemos ser sabias en nuestros corazones y con nuestras palabras. Pero aún así hoy te quiero decir o recordar: ¡No te revientes. Ni hoy, ni nunca!

Ana


¿Y ahora qué?

manuelita otero

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Escribir para mí es una terapia. Es liberador darle orden a mis pensamientos, poder documentar lo que estoy sintiendo y proteger mis ideas de ser olvidadas. A veces miro hacia atrás y al leer las cosas que he escrito, veo que tienen sentido, pero la mayoría de las veces escribir es un canal en donde hay libertad para “dejar ir” o sencillamente soltar -lo que quiere decir que hay pensamientos rondando por todas partes-. Esta puede ser una de esas oportunidades en las que estoy dejando salir pensamientos y sentimientos sin un orden específico porque en estos días que estamos viviendo pareciera que no hay orden, que no hay una forma de planear las cosas, que no hay un camino claro y permitirnos escribir lo que sentimos no solo está bien, sino que, además, es necesario. Necesitamos darnos a nosotras mismas una salida para expresar la frustración porque lo que nos rodea está cambiando. No vas a encontrar aquí pasos fáciles con una conclusión clara porque en este momento yo no veo una solución en el futuro cercano. Mientras escribo, me estoy permitiendo sacar algo de frustración, tristeza e impotencia. No estoy siendo pesimista, no es mi estilo. Estoy siendo honesta. Las cosas son difíciles, el mundo está patas arriba y la frase "esto es demasiado" aparece con mucha frecuencia.

Todos, como humanidad, estamos atravesando tiempos muy desafiantes. En cada área y en cada país. El mundo parece estar quemándose, en algunas partes del mundo, ¡literalmente! Hambre, pobreza, pérdida de empleos, inestabilidad, discriminación, cambio climático, violaciones horribles de las necesidades humanas más básicas, odio, división, racismo… La lista parece interminable mientras vivimos en medio de una pandemia que todavía nos afecta de muchas formas. Me siento un poco perdida. Me estoy preguntando a mí misma ¿y ahora qué? Es como cuando tienes mucho por hacer y te sientes exhausta tratando de encontrar el punto de partida. Los problemas que estamos enfrentando se ven tan grandes y tan abrumadores que se siente como si no pudiéramos hacer mucho para marcar la diferencia. Así es como me siento justo ahora, desmotivada para hacer cualquier cosa y muy consternada acerca del estado en que está la humanidad. Pero como lo dije antes: ser pesimista no es mi estilo. He aprendido a hacer una pausa, escuchar mis sentimientos y luego encontrar una forma de actuar, de hacer lo que yo puedo hacer, sin importar qué tan pequeño sea. Para mí la acción es una salida, es un poco de esperanza que me ayuda a ver lo bueno en cada momento y yo necesito eso porque sin importar qué tan terribles estén las cosas a nuestro alrededor, la vida sigue siendo un regalo que necesita ser apreciado cada momento. 

Yo no tengo una respuesta, no tengo una solución, ni siquiera grandes ideas. Pero sí sé que si cada uno de nosotros hace algo por alguien o por una causa que nos rompa el corazón, las cosas mejorarán, aunque sea un poco. Los pequeños inicios no deben ser ignorados, cada momento empieza en alguna parte. No podemos sentarnos y no hacer nada, permitiendo que nuestros corazones se endurezcan. Necesitamos hacer una pausa y escucharnos, escuchar el dolor alrededor nuestro y educarnos para hacer algo. Cada movimiento en la dirección correcta merece ser celebrado y ¿quién no necesita un poco de celebración por estos días?

Manuelita 

Decisiones, decisiones

manuelita otero

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¿Cuántas decisiones tomas en un día? Me sentía curiosa con este tema y busqué en Google la respuesta. De acuerdo con varias fuentes, un adulto toma alrededor de 35.000 decisiones conscientes cada día. No tengo ni idea cómo llegaron a esta cifra, pero es un buen punto de partida. Tomamos muchas decisiones cada día. Muchas veces nuestras decisiones están relacionadas con rutinas diarias basadas en hábitos. Sin embargo, hay algunas decisiones que son realmente especiales. Decidir una carrera, escoger un colegio o universidad, dejar una relación, comprometerse con alguien, aplicar a un trabajo, cambiar de casa, hacer inversiones… Hay muchas decisiones que simplemente no son fáciles.

Yo he tenido que tomar varias de esas “grandes decisiones” en mi vida. Una de las más grandes fue dejar Colombia y venir a vivir a los Estados Unidos con mis dos hijos (claro, con el permiso del papá de mis hijos). Esta decisión fue especialmente difícil porque no sólo me involucró a mí, afectaba también el futuro de mis hijos y el de su papá. Cuando tú tienes que tomar este tipo de decisiones, revisa y observa las opciones tratando de que haya alguna forma de mirar hacia el futuro.

Las bases para tomar buenas decisiones se establecen incluso antes de que las opciones lleguen a tocar nuestra puerta. La mayoría del tiempo, estas bases tienen sus raíces en el autoconocimiento. Las decisiones que tomes estarán relacionadas principalmente contigo, entonces entre mejor te conozcas a ti misma, mejores decisiones puedes tomar para tu vida. ¿Fácil, cierto? ¡Por supuesto que no! Conocernos a nosotros mismos no es tan fácil, principalmente porque intencionalmente no sacamos el tiempo para hacerlo. Y, cuando lo hacemos, no profundizamos lo suficiente para quitar varias de las capas que tenemos. Lo bueno es que auto conocernos es un proceso que dura toda la vida.

Puede que estés de acuerdo en que el autoconocimiento es bueno y lo tienes en tu lista de cosas a priorizar este año. Pero, ¿qué hacer si estás enfrentando decisiones complejas de tomar justo ahora y realmente necesitas respuestas? Miremos algunas cosas que te pueden ayudar:

  • Haz una lista de pros y contras. La manera más fácil de empezar un proceso de toma de decisiones es hacer una lista. ¿Quién no ama las listas? Ser honesto con los pros y los contras te ayudará a organizar tus pensamientos y pesar las opciones.

  • Piensa qué te hace feliz, realmente feliz. La lista de pros y contra es una forma de documentar la parte lógica de la toma de decisiones, pero la parte emocional a veces no es tan fácil de identificar. Cuando tomas una decisión, pregúntate qué te haría más feliz. Claro, no es lo único a considerar, pero es algo en lo que realmente tienes que pensar.

  • Haz la tarea. Una vez has documentado la lógica y las emociones, necesitas pasar más tiempo investigando acerca de tus opciones y así tener información actualizada, ojalá de primera mano. No podemos tomar decisiones solamente basados en lo que sentimos o pensamos. Necesitamos hechos.

  • Pruébalo antes de comprarlo: Si tienes la oportunidad de poner en práctica lo que estás tratando de escoger o decidir, hazlo. Tal vez puedas observar algunas clases de un colegio antes de escogerlo, o hacer un voluntariado relacionado con la profesión que te llama la atención. Obviamente esto no es posible con todo tipo de decisiones, pero entre más conoces acerca de tus opciones, tomarás una mejor decisión.

  • El miedo no está permitido. El miedo es un factor grande cuando de tomar decisiones se trata porque muchas veces nos impide salir de nuestra zona de confort y nos frena sin necesidad. Tú vas a sentir miedo cuando de tomar decisiones se trata. Nos pasa a todos. Pero la clave es no dejar que el miedo tome la decisión por ti.

  • Enfócate en el ahora, planea para el futuro. Hay una tendencia de mirar siempre hacia el futuro y perdernos el presente. Tenemos la tendencia de creer que vamos a estar mejor o más felices cuando pase “x” o “y” cosa… y la vida se nos pasa sin darnos cuenta y sin disfrutarla al máximo. Haz planes y prepárate para un futuro asombroso, pero el presente es todo lo que tenemos y necesitamos vivirlo al máximo.

    Sea cual sea la decisión que estás viviendo ahora, ten la certeza que puede haber muchas variaciones con respecto a las opciones que tienes al frente. No te limites y no dejes que otros decidan por ti. Saca tiempo para conocerte y aprecia lo valioso que es poder tomar tus propias decisiones. Eso quiere decir que tienes opciones.

    Mi gran decisión ha salido bien. Claro, hay consecuencias y las cosas no son perfectas, pero siento que tomé una buena decisión en una situación muy difícil y mis hijos están en un mejor lugar ahora, por haberlo hecho. Debo decir que lo mejor fue todo lo que aprendí sobre mí misma y que siempre vale la pena disfrutar el camino.

    Manuelita Otero

¡Lleva tus hobbies al trabajo!

manuelita otero

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Amo las historias de trabajo. Especialmente aquellas que están relacionadas con el ambiente laboral, porque siempre hay mucho por analizar, mejorar y aprender. Y todo lo que sea “análisis” está en el abanico de mis preferencias. Por lo que veo, día a día aparecen más y más iniciativas dentro de las empresas para integrar a los miembros de sus equipos. De hecho, ¿qué es lo que no he escuchado últimamente que hacen? Jornadas de Lego, tardes o noches para cocinar como equipo de trabajo, ir a acampar para hacer planeación, pintar casas en barrios apartados; en fin, cosas que tal vez antes no eran comunes y que seguramente aportan un montón de beneficios. Sin embargo, siendo realistas, no todas las organizaciones tienen el presupuesto ni el tiempo para realizar actividades tan elaboradas.

Con esto en mente y viendo la necesidad urgente de estrechar vínculos con quienes trabajamos, me he estado preguntado qué es eso que -desde cualquier cargo- una persona puede hacer para conectarse con otros y también, para romper un poco la rutina. Encontré una respuesta valiosa. Me acordé de una palabra clave que tiene un potencial impresionante y que solemos echar al olvido en el mundo laboral: Hobbies. Cuando una persona habla de sus hobbies, los disfruta o piensa en ellos, es inevitable que sonría, se ponga de buen humor o comente algo sincero.

Alguna vez propuse en mi oficina una actividad sencilla en la que cada quien pudiera compartir con los demás algo que hiciera o conociera bien en su “vida no-laboral” y que además, disfrutara un montón. La verdad es que fue un éxito total. Ese espacio se llamaba “Venga le enseño” y, literalmente, era una invitación para que las personas, sin importar su rol, escucharan y aprendieran un rato de algún tema de interés o hobbie de algún otro compañero de trabajo. Era algo sencillo, cero acartonado, que se hacía en un tiempo razonable dentro de la oficina. Es algo que recuerdo con mucho cariño, porque era emocionante ver los resultados:  por un lado el que organizaba la actividad se motivaba compartiendo algo de sus gustos y de lo que sabía mientras que por otro, quienes participaban como público tenían la oportunidad de aprender algo nuevo o diferente a lo que se hablaba normalmente en el día a día del trabajo. Lo mejor para ambas partes era que conocían en poco tiempo cosas importantes de sus hobbies, es decir de sus vidas. Ese tipo de cosas que a veces no son fáciles de apreciar por los afanes, por prejuicios laborales, por las jerarquías o por la timidez. 

Si tú eres ese tipo de persona a la que le gusta trabajar en un ambiente en donde se crean buenos lazos, créeme que conocer y promover los hobbies de los demás es un arma impresionante para lograrlo. Darle importancia a lo que la gente hace en sus ratos libres permite, entre muchas otras cosas:

  • Tener un punto de partida para mejorar la comunicación en el equipo. 

  • Empoderar a las personas que por alguna razón necesitan ser motivadas. 

  • Encontrar puntos en común que puedan fortalecer relaciones estratégicas.

  • Compartir tiempo de calidad.

  • Dar y recibir como hábito empresarial.

  • Y, ¿por qué no?, encontrar soluciones de trabajo cuando menos se espera, en espacios más relajados y abiertos.  

Si lo piensas bien, alrededor de los hobbies se pueden hacer cientos de actividades entretenidas. Es sólo cuestión de dejar volar la imaginación y tener la voluntad de interesarse más por el que trabaja bajo nuestro mismo “techo” - sea físico o virtual-. Los hobbies de las personas son materia prima disponible en las empresas para crecer en varias direcciones y hacer sentir, como debe ser, a cada quién más importante. Disfruta más de tus hobbies, compártelos, úsalos para conocerte mejor y para apasionarte aún más por tu vida personal y, de paso, también laboral. 

Ana

¡Focus!

manuelita otero

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Amo las cenas familiares. Disfruto el tiempo que pasamos juntos, el ruido, las conversaciones que se dan al mismo tiempo, las carcajadas y el baile espontáneo. Mis hijos y yo somos hiperactivos y ruidosos. Siempre lo hemos sido. Así es como funcionamos. Sé que nuestra capacidad de atención es corta y nuestra energía mucha y, honestamente, no lo quisiera de otra manera.

Sin embargo, por mucho que disfrute andar por todas partes, teniendo muchos pensamientos a la vez y teniendo lluvias de ideas en los momentos menos esperados, una cosa con la que realmente “lucho” es cuando, todo esto que está pasando por mi cabeza, afecta mi productividad porque si hay algo que amo es hacer las cosas, terminarlas y poder poner ese chulo de “listo” en mis listas de cosas por hacer e ir tras la siguiente tarea. Esto es gozo total para mí. Entonces encontrar ese balance entre abrazar quién soy, el hecho de que hay demasiadas ideas y pensamientos en mi mente y poder terminar las cosas, es una batalla diaria en mi vida; pero, como en cualquier batalla, conocer a tu enemigo, estar preparado y tener estrategias claras puede llevarte lejos.

Hay muchos estudios que demuestran que nuestros periodos de atención o nuestra capacidad para concentrarnos está disminuyendo. Esto no es nuevo. Lo vemos y lo vivimos a diario. Pero no por qué algo esté ocurriendo de manera generalizada o sea común, tenemos que aceptarlo y vivir con ello. Mejorar nuestro foco, nuestra capacidad de atención, empieza con una decisión. Para algunos de nosotros puede ser más difícil que para otros, pero aún así hay mucho que podemos hacer, en vez de simplemente decir “no me puedo concentrar”.  

Dejemos que algunas ideas fluyan:

Por supuesto, lo primero en mi lista es... “Una lista de cosas por hacer”: Las listas son ayudas maravillosas para las personas que tienen muchas cosas por hacer, para quienes piensan en cosas por hacer mientras hacen otras cosas y para aquellas que quieren sentir que terminaron algo.

Evita el pavor: Es esa sensación horrible que aparece cuando tienes que hacer algo que no quieres y, en vez de hacerlo, lo pospones y sigues sintiéndote muy mal. Entre más nos demoremos en hacer esas cosas que no queremos hacer, más difícil va a ser tener la actitud correcta para lograrlo. La actitud, sin duda, es el primer paso para el éxito.

Parte los proyectos grandes en pequeñas tareas manejables y prémiate: Todos hemos escuchado esto alguna vez porque funciona. Muchas veces perdemos la poca atención que tenemos pensando en la gran complejidad de un trabajo o un proyecto, pero cuando divides un “proyecto difícil” en “tareas posibles”, todo cambia. Y se pone mejor cuando añades “recompensas”, lo que en mi caso significa que puedo organizar un estante de suministros escolares después de terminar algo realmente desafiante. Organizar me hace feliz.

Camina, conduce o simplemente muévete: Muchas veces la respuesta viene cuando menos la esperas y la concentración llega sin siquiera intentarlo. Yo me enfoco cuando camino y cuando manejo. He encontrado que cuando hago esto, puedo elegir entre dejar que mi mente divague o concentrarme en un problema específico que necesito resolver.

Trabaja al lado de alguien: Algunas personas encuentran que son más productivas cuando trabajan cerca a otras personas.

Si te sirve, habla en voz alta: Me siento mal si la gente tiene que trabajar en mi oficina porque me hablo todo el día. Es agotador, pero funciona para mí y nunca tengo un momento aburrido.

Saca tiempo para enfocarte también en lo que te apasiona: Separa tiempo para concentrarte y profundizar en las cosas que tú amas, en las cosas que te apasionan y que te hacen feliz.

Aprender a concentrarse es en parte una decisión. Por ejemplo, dejar de lado las distracciones que pueden ser controladas es algo que podemos empezar a hacer ahora mismo y definitivamente mejoraremos nuestra capacidad de atención. La clave es conocerte. Algunas personas pueden trabajar con ruido, música y otras distracciones. Otras prefieren un espacio tranquilo y silencioso. Algunas personas prefieren sentarse en el piso, otras en sofás o en cafés.

Define cómo te concentras mejor, descubre qué funciona para ti. Conviértete en una experta en ti misma y observa la diferencia. Elie Venezky, autor de Hack Your Brain dice que “la atención es un músculo que se puede construir”. No somos víctimas de nuestros genes o de lo que nos rodea. Podemos hacer más de lo que probablemente estamos haciendo ahora para fortalecer nuestra habilidad de enfocarnos, terminar nuestra tareas y por qué no disfrutar del proceso.

Manuelita


La vida está en los detalles

manuelita otero

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¿Cuándo fue la última vez que descubriste algo nuevo camino al trabajo, al supermercado, en una caminata relajada o haciendo lo que siempre haces? ¿Cuándo fue la última vez que realmente tomaste el tiempo para ver algo nuevo?  Pareciera que ahora estamos tan llenos de “cosas por hacer” que nuestras mentes nunca descansan. Y lo que es aún peor: pareciera que cuando tenemos la oportunidad de tener un rato libre, nos escapamos y rápidamente buscamos formas para distraernos.

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En mi viaje a Londres el año pasado tuve el maravilloso regalo de tener tiempo solo para mí, para hacer lo que quisiera. Mientras caminaba la ciudad durante largas horas, tuve la oportunidad de observar a las personas en su día a día, a los turistas y disfrutar de mi entorno. Durante una de esas caminatas por el Millennium Bridge noté que había personas que estaban mirando hacia abajo como si hubieran perdido algo, pero estaban sonriendo y tomando fotos; entonces yo también comencé a mirar hacia abajo y descubrí que había arte miniatura hecho con chicles que habían sido tirados sobre el puente.

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El chicle no es un material normal, pero Ben Wilson -a quien también se conoce como Chewing Gum Man- tomó su pasión, su talento y lo utilizó para producir sonrisas genuinas, diseños creativos y para dejar su marca, su sello personal, en una de las ciudades más famosas del mundo. Su talento toma tiempo, se demora más de tres horas por obra. Durante estas horas, él trabaja en su creación mientras charla con personas que a menudo quieren una foto con él e incluso le hacen peticiones de que realice diseños en memoria de seres queridos.

Ben Wilson comenzó a pintar con chicle en 1998 y ha creado más de 10,000 obras en todo el Reino Unido. En caso de que te preguntes si él se va a meter en problemas por este tipo de arte urbano, él no está rompiendo las leyes porque el chicle ya ha sido desechado antes por alguien más. Él dice que “lo transforma en algo precioso que le guste a las personas”. No creo que desechar chicle en lugares públicos sea algo bueno, pero sí me parece inspirador el deseo de Ben de hacer arte con algo totalmente inesperado, algo que muchas personas sólo ven como basura.

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Me encanta la dedicación y la persistencia mientras trabaja año tras año sin recibir un salario y sin tener expectativas mayores. La razón es que le gusta lo que hace y le agrada ver a las personas felices mientras ven sus obras. Él nos está invitando a descubrir y deleitarnos con las cosas pequeñas que podemos encontrarnos en el camino.

¿Tú cómo vas a compartir tus talentos? ¿Qué vas a descubrir hoy? Cada día es una oportunidad para seguir buscando y dejarse sorprender.

Manuelita @manuelitaotero

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Creatividad y Cartagena: ¿Qué mejor plan?

manuelita otero

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La creatividad tiene algo muy curioso: esa forma de sentirse a veces como si fuera magia.
Usualmente, cuando nos enfrentamos con algo que no podemos explicar, como humanos tenemos la tendencia a percibirlo como algo mágico. Como algo que está justo ahí, un poco más allá de los límites de nuestro entendimiento y sólo cuando somos capaces de superar nuestro asombro, ponemos manos a la obra para tratar de descifrarlo.

Pero más allá de ese carácter cuasi mágico de la creatividad, lo que más me llama la atención es el hecho de que en realidad sea posible sentirla. Seguramente les ha pasado: ese preciso momento en el que a uno se le ocurre una gran idea y de repente se empiezan a sentir cosquillitas en el cerebro y también una pequeña ola de calor en la cabeza que hace que uno se sienta pleno. ¿Recuerdan esa sensación?

La cuestión es que aunque para casi todo el mundo la idea de ser creativo es muy atractiva, mucha gente no sabe cómo lograrlo. Incluso, aún peor: por alguna razón en algún momento nos creímos el cuento de que hay gente que es creativa y otra que no…. Como si se tratara de un tema de suerte o destino.
La buena noticia es que la cosa no es así. La creatividad no es un don, ni un privilegio de pocos. Es una habilidad, y como tal, se puede ejercitar y fortalecer. Y eso es precisamente lo que queremos enseñarte en septiembre, en un lugar que tiene tanta magia, que no se nos ocurre un mejor sitio para abordar el tema: Cartagena.
Acompáñanos en una experiencia que cambia vidas, en la que ampliarás tu visión sobre cómo funciona la creatividad y cómo puedes emplearla para que las actividades de tu día a día sean más disfrutables y satisfactorias.
Aprende cómo sintonizarte en una frecuencia creativa, tener más -y mejores- ideas, mejorarlas, superar el bloqueo mental, pensar de forma diferente y tomar decisiones efectivas de forma consciente.
Todo esto a través de una fantástica mezcla de conocimiento, ejercicios prácticos, metodologías y técnicas ampliamente reconocidas y probadas, y mucho juego.
Espero que te animes y que juntos podamos hacer algo de magia creativa en un lugar absolutamente mágico… nos vemos en Cartagena.

Por Mario Ramírez*

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* Mario Ramírez es gerente general de Curiosofía, una empresa colombiana de consultoría empresarial, enfocada en entrenamiento profesional en creatividad, branding y comunicación estratégica, entre otros servicios. 

¡Qué celebración!

manuelita otero

¿No te encanta celebrar? El pasado 3 de marzo, conjuntamente Happily Imperfect y My Closet etc. tuvimos la oportunidad de celebrar muchas cosas con mujeres increíbles. ¿Qué estábamos celebrando? La verdad, tantas cosas que no pudimos encontrar una manera de definir un nombre para el evento. Fue el lanzamiento de nuestro libro First Love, hicimos un pop-up shop; fue la oportunidad de conocer amigas de redes que sentíamos que conocíamos desde hace años, pero nunca habíamos visto; fue la alegría de ver amigas que nos han apoyado desde el comienzo; fue un lugar seguro para compartir opiniones y discutir temas serios y fue la oportunidad de hacer networking.

Es tan difícil poder expresar lo felices que estábamos siendo las anfitrionas de  este evento… Igual, trataré de describirlo:

  • Nuevas amigas, viejas amigas, amigas virtuales: Nos encantó ver amigas que nos han apoyado durante años -aquellas que han escuchado nuestras ideas y nos han animado, las que han visto todo el proceso y han compartido las alegrías y los retos con nosotras-. También nos encantó poder darle un abrazo a mujeres que sólo conocíamos por Instagram, aquellas que nos hacen sonreír con un comentario o con un like, las que compran y las que se han convertido en parte de nuestra familia virtual porque fue maravilloso poder hacerlo finalmente un poco real y poder verlas y agradecerles personalmente por todo su apoyo.

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  • Conversaciones que fueron “más allá”: Nos gustó escuchar las conversaciones que fluyeron, ver los contactos que se crearon durante el evento y ver las amistades que nacieron. Nos alegra cuando un grupo de mujeres se reúne, comparte sus pensamientos y se atreve a ser vulnerable sin preocuparse por si va ser o no juzgada por las personas que acaba de conocer. Una amiga comentó: “las cosas se pusieron serias pronto”, y eso es bueno... Poder tener conversaciones significativas como mujeres para que juntas seamos parte del cambio positivo que necesitamos que suceda.

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  • Sin necesidad de perfección: ¿No te parece increíble cuando estás con un grupo de amigas y sientes la libertad de ser tú misma? Así es exactamente como nos sentimos durante el evento y no se imaginan cuánto agradecemos la oportunidad de simplemente “ser”: un poco ruidosas, un poco despelotadas, un poco locas y muy relajadas. Vimos a nuestras amigas poder ser ellas mismas y sentirse cómodas, lo que nos hizo a nosotras también sentirnos cómodas y poder divertirnos.  

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  • Confirmación: Uno de los objetivos de nuestro evento era animar e inspirar a las mujeres que fueran al evento, recordarles lo maravillosas que son y todo lo que aún pueden alcanzar, pero no tuvimos en cuenta que nosotros saldríamos muy animadas también. Los comentarios sobre el libro, sobre el evento, las conversaciones que ocurrieron, las sonrisas, la energía; todo fue un recordatorio espectacular de que sí vale la pena hacer lo que estamos haciendo, que sí hay personas que están escuchando y están haciendo una diferencia generando un impacto positivo. Al recordar, sentir y ver lo que vivimos el pasado 3 de marzo es una confirmación enorme de que sí vamos por muy buen camino, justo en la dirección correcta.

Manuelita @manuelitaotero y Nikka @nikkaduarte

 

¿Tienes madera de líder?

manuelita otero

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¿Alguna vez has soñado con tener tu propia empresa? ¿Suena emocionante cierto? Definir tu propio horario, hacer las cosas a tu manera y ser tu propia jefe, ¿a quién no le gustaría? Aquellos que ya son empresarios y están viviendo este sueño de muchos, probablemente dirán que requiere bastante trabajo y que de pronto no es tan “romántico” como suena. Pero, seguramente, también dirán que es muy satisfactorio trabajar cada día en lo que a uno le gusta.

Tener tu propia empresa es algo que va mucho más allá de compartir tu pasión con el mundo. Ser “el jefe” es una gran responsabilidad, no solo cuando se trata de las decisiones más difíciles relacionadas con presupuestos, inversiones, portafolio, competencia o mercadeo; también es una gran responsabilidad cuando se trata de lo más importante: la gente. Finalmente, son las personas las que te observan, aprenden, te apoyan y deciden si seguirte o ignorarte.  Y si tener tu propia empresa y ser el jefe no es lo que te interesa, o si piensas que no tienes un alto cargo como para pensar en la gente como tu prioridad, o crees que tu círculo de influencia es más bien limitado, piensa de nuevo… finalmente tú eres el jefe de tu propia posición y muchas de las cualidades que un gran jefe debe tener también las puedes aplicar contigo mismo. Un buen jefe, por lo general:

  • Impulsa un buen ambiente laboral.
  • Aprecia a sus empleados.
  • Escucha.
  • Encuentra soluciones.
  • Es justo.
  • Conoce lo que está pasando.
  • No asume que siempre tiene la razón.
  • Define y participa en el proceso de selección de su equipo.
  • Enfrenta las diferentes situaciones de la empresa.
  • Le importa su empresa.
  • Entiende cada cargo.
  • Hace un buen manejo de expectativas.
  • Es honesto.
  • Crea sistemas que faciliten la prosperidad de la empresa.

Si tú estás en una posición de liderazgo en tu trabajo, la gente te está mirando, está esperando direccion. Tú puedes ayudarle a tus empleados compartiendo lo que sabes y ubicándolos según sus habilidades y talentos. Tú puedes definir qué tipo de ambiente quieres construir. Puedes tener un impacto positivo que dure más que sólo un par de años; y si lo haces, lo más probable es que las personas que trabajen contigo quieran dar lo mejor de sí.

Depende de ti agregar valor a tu empresa, a tu equipo y a ti misma. Necesitas ser una buena líder si quieres ver resultados grandes, una líder que esté dispuesta a invertir tiempo y esfuerzo en la gente, empezando por ti, porque la gente feliz en el trabajo no sólo se traduce en mejor calidad de vida para cada persona, sino que además significa productividad. Así que al final todos ganan.

Manuelita @manuelitaotero

 

¿Qué nos puede enseñar una ardilla sobre persistencia?

manuelita otero

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El otro día estaba visitando a mi tía aquí en los Estados Unidos y ella feliz me mostró su nuevo comedero para pajaritos. Mientras mirábamos por la ventana notamos a una ardilla que se acercó al comedero y realmente le gustó lo que vio, así que no se iba a dar por vencida hasta conseguir comer un poco de aquello que vio tan apetitoso. (Video) Me pareció increíble la persistencia de esta ardilla, simplemente no paraba de tratar de una u otra forma de alcanzar la comida y en ese momento pensé: “yo necesito tener esa persistencia”.

¿Hay algo que simplemente no puedes sacar de tu cabeza? ¿Un proyecto, un sueño, una idea que no te abandona? ¿Ese tipo de cosas que de pronto has contemplado, has trabajado en ellas, luego, las has dejado a un lado, pero hagas lo que hagas siguen regresando a ti? ¿Qué puedes hacer cuando lo que te apasiona no está produciendo los resultados que esperas, quieres o necesitas? La ardilla tiene unas respuestas:

  1. Enfócate en la meta: La ardilla sabía lo que quería. Las semillas en el comedero de pájaros se veían demasiado buenas para dejarlas ir. El objetivo estaba claro. Sin distracciones ni complicaciones. ¿Sabes lo que realmente quieres lograr? No solo me refiero a lo que quieres hacer o cómo lo quieres hacer. En los negocios muchas veces el problema principal es no saber lo que estás vendiendo ni lo que quieres alcanzar.

  2. Planea: ¿Notaste como la ardilla de repente paraba y miraba el alimentador? Pareciera como si estuviera ensayando en su mente cada movimiento para lograr conseguir la semilla. Estaba planeando su siguiente paso. Pasión es la gasolina que necesitas, pero planeación y estrategias claras son las dos cosas que te ayudarán a utilizar esa pasión de forma inteligente. Cada esfuerzo debe ser parte de un plan, el cual necesita ser lo suficientemente flexible para ajustarse a cambios, pero a la vez estar muy bien estructurado para lograr el éxito.  

  3. Busca otra forma: La ardilla usó diferentes formas para obtener la semilla y si notas en el video la que finalmente funcionó fue completamente diferente a los demás intentos. Hay muchas formas para resolver un problema, para producir un buen servicio, para alcanzar tu mercado, para dar a conocer tu producto. La respuesta está ahí, búscala en diferentes lugares, de diferentes formas, abre tu mente, escucha a personas que piensan diferente a ti, permite momentos de silencio, toma riesgos y convierte los problemas en oportunidades.

La persistencia vale la pena, si no me crees mira de nuevo el video. ¿No te parece que la ardilla se ve contenta y satisfecha? “No te des por vencido” es más que un slogan, es una forma de vida.

P.D. Mi tía está en realidad muy triste porque las ardillas se están comiendo las semillas de los pajaritos, así que tienes algunos tips para lograr parar a esta persistente ardilla, te lo agradezco.

Manuelita

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¿Dejas vivir tus ideas?

manuelita otero

¿A veces te sientes agobiada porque te llegan demasiadas ideas al mismo tiempo? ¿Te gustaría poder hacer más cosas porque todo te parece interesante? Yo me siento así. A menudo llego emocionada a mi casa y durante la comida le digo a mis hijos: “Adivinen qué… tengo una gran idea”, y en sus caras veo una mezcla entre miedo y curiosidad. Ellos son usualmente mi primer filtro y, siendo honesta, no todas mis ideas son buenas, así que ellos nunca saben qué sigue después de mi anuncio.

Antes pensaba que tenía un problema de atención porque tener tantas ideas al mismo tiempo se supone que puede afectar tu concentración, pero esta creencia cambió hace poco durante una visita que hice a la biblioteca donde vi un libro llamado: Refuse to Choose (Rehúsate a escoger), y supe que ese libro era para mí. En su libro, Barbara Sher escribe sobre las personas que son curiosas acerca de muchas cosas que pueden estar poco relacionadas entre sí y quieren hacer de todo un poco, lo que hace que se les dificulte enfocarse y escoger qué hacer. Ella llama a este tipo de personas: “scanners”.

Durante años he estado recolectando recortes de revistas de todo lo que me parece interesante. Tengo varias carpetas de colores organizadas por temas. Ese fue mi primer Pinterest. No sé cuando comencé ni por qué, pero cuando veo una foto linda, un lugar que me parece increíble, una mezcla de colores interesante; quiero capturarla porque de alguna manera eso que vi me inspira. Nunca supe que mi colección de “lindos recortes” me ayudaría de tantas formas con proyectos aparentemente sin ninguna relación directa con mi archivo. Mi recopilación de recortes los he utilizado, por ejemplo, para una idea que tuve con mi familia sobre un Bed and Breakfast, para nuestra empresa de ropa para niños, para los photoshoots de la empresa de mi hija, My Closet etc, y para los artículos y productos de Happily Imperfect. Además de todo esto, me siento muy feliz mirando una y otra vez mis coloridos folders, es como alimento a mi creatividad y una compilación de posibilidades.

Me encantan las ideas. Me encanta cuando le damos libertad a nuestra mente y cuando toda idea recibe una oportunidad de vivir, al menos por un tiempo, y de ser contemplada sin ser “juzgada” en un principio por la lógica o la razón. Barbara Sher da varios tips a los “scanners” para que puedan organizar sus ideas y utilizarlas de forma productiva. A mí lo que me ha funcionado es definir una estrategia para organizar mis ideas y, luego, darles rienda suelta por medio de mis escritos. Si tengo una idea para un libro o un negocio, abro un folder y dejo ahí la idea hasta que llegue el momento de usarla o revisarla. Si tengo tiempo para investigar o leer sobre el tema en cuestión, sé donde archivar los resultados y así evito sentir presión para trabajar en algún proyecto inmediatamente. Hoy en día hay muchos apps que nos ayudan a organizar información, pero lo importante es que encuentres qué funciona para ti. También es una buena estrategia rodearte de gente positiva dispuesta a escuchar sin tanto juicio y a dar una opinión dentro de un ambiente respetuoso y creativo.

Si muchas cosas te interesan y quieres hacer varias cosas a la vez, ¡te felicito! No creas que tienes problemas de atención y no puedes enfocarte, mejor aprende a organizar tus ideas y pensamientos, y busca la forma para escoger en qué concentrarte. También define estrategias para terminar lo que empiezas.

Las ideas son valiosas y necesitan ser tratadas como posibilidades y oportunidades, si no sirven ahora, de pronto lo harán después.

Manuelita

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¿Qué es el éxito para ti?

manuelita otero

éxito*

s. m.

1.   Resultado, a menudo feliz o muy bueno, de algo.

2.   Aceptación que tiene una persona o cosa entre la gente.

Diferentes significados para una palabra común. El primero está más relacionado con lograr algo personal y, el segundo, parece tener más relación con lo que la sociedad ha definido como exitoso. ¿Alguna vez has pensado qué definición aplica para ti o te has preguntado qué es el éxito en tu vida? Por otro lado, seamos honestos, ¿alguna vez has juzgado a alguien por el trabajo que hace, el carro que tiene o la casa en la que vive?

En los últimos años he estado haciendo trabajos varios en áreas que poco conocía y te puedo asegurar que me siento exitosa y feliz. No me considero menos que alguien solo por un título profesional o por un cargo laboral porque sé lo que el éxito significa para mí, y eso es lo que realmente importa -como vivo mi propia vida- porque de eso es de lo que soy realmente responsable al final de este viaje.

Tengo mis grados, mi experiencia y suficientes cosas que podrían haberme llevado a un alto cargo con un muy buen salario, pero hace un buen tiempo decidí ser una mamá de tiempo completo y ha sido la mejor decisión de mi vida. Ver a mis hijos convertirse en jóvenes maduros y responsables… eso es éxito para mí y ahora -que ya están más grandes- tengo más tiempo libre para enfocarme seriamente en lo que me apasiona.

¿Qué meta quieres lograr? ¿Qué sueño has dejado de lado, escondido, por falta de tiempo, porque de pronto has estado demasiado ocupada buscando dinero y reconocimiento por parte de otras personas? Todas esas cosas son agradables, claro, pero si no tienes claridad con tu propósito y no trabajas para conseguirlo, todas esas cosas -tarde que temprano- se sentirán vacías porque de alguna manera sabes en tu corazón que hay algo más por hacer, por cumplir.

Definir claramente lo que el éxito significa para ti, te ayudará a definir tu rumbo. Cada día estará encaminado hacia algo más grande y lo mejor es que lo notarás, lo sabrás. En ese momento lo que otros piensen o digan deja de ser tan importante. No hay respuestas buenas ni malas para definir el éxito. Tu respuesta es seguramente la que tú necesitas.  

Manuelita

 

 

*Definición tomada de:  http://es.thefreedictionary.com

 

¡La semana es para disfrutarla completica!

manuelita otero

Hay muchas personas que preferirían hacer otras cosas en vez de trabajar. Y eso es independiente de si  les gusta o no su trabajo. A las que no les gusta son las personas que, por lo general, cuentan las horas para irse inmediatamente llegan a trabajar o se ponen de mal genio el domingo porque pronto será lunes. La verdad es que pasamos muchas horas en el trabajo como para no buscar algo que disfrutemos. Vivir solo pensando en el fin de semana no es la mejor forma de vivir, porque ¿dónde queda el resto de la semana?

La Real Academia Española define “perspectiva” como: “Punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto.” De pronto necesitamos mirar nuestro trabajo con una nueva perspectiva. Por ejemplo, ¿qué tal si miramos como nuestro trabajo se relaciona con otras cosas o con otras personas? De pronto lo que estás haciendo es un componente clave en un proceso complejo o, de pronto, haces  algo que las personas no aprecian lo suficiente hasta que por alguna razón ya no lo tienen.

¿Tú puedes pensar en las cosas que realmente te gustan de tu trabajo? ¿Podrías hacer una lista? ¿Notas cómo afecta tu trabajo positivamente a las personas a tu alrededor? Tenemos oportunidades diarias para cambiar el día de alguien, una simple sonrisa o un saludo podrían ser el comienzo de una buena mañana para alguien. Un acto de amabilidad puede parecer muy pequeño, pero puede ser exactamente lo que alguien está necesitando.

Disfrutar nuestro trabajo comienza con nuestra actitud hacia él. Lo que alguien puede ver como muy difícil o aburrido, otra persona puede estar deseando tenerlo.  Todo depende de la perspectiva.  No hay trabajos perfectos, pero hay trabajos que se ajustan más que otros a nuestra vida, dependiendo de lo que nos apasione. Esa es nuestra tarea: encontrar esas cosas que nos gustan, que además son nuestras fortalezas y buscar así trabajos que tengan algún tipo de relación con todo eso.

Encontrar un trabajo que se ajuste a nuestras fortalezas puede tomar tiempo, por eso es mejor tomar la decisión de disfrutar lo que tenemos ahora enfocándonos en lo positivo. Piénsalo, podrías estar cambiando vidas en tu trabajo y de pronto ni te das cuenta. Mira a las personas con que interactúas diariamente, escucha a tus compañeros de trabajo, mira tus tareas con una perspectiva diferente y date cuenta que estás ahí no solo para hacer plata, también para cambiar vidas. ¿No haría eso de los lunes algo mucho mejor?     

Manuelita

 

Si tu pasión no te da dinero, ¿Cuál escoges?

manuelita otero

¿Alguna vez te has encontrado al frente de dos caminos tratando de decidir cuál tomar y deseando escoger el correcto? ¿Un camino se ve estable mientras el otro parece lleno de incertidumbre? La decisión suena fácil, ¿cierto? Pero qué tal si el camino lleno de incertidumbre es donde está tu pasión, las cosas que te inspiran y está todo aquello para lo que sientes que has sido creada.

Yo personalmente apoyo totalmente a quienes siguen sus sueños y hacen lo que les apasiona. Creo que parte de la felicidad que tanto anhelamos está en hacer lo que nos gusta, pero muchas veces nos distraemos buscando algo “estable” y terminamos haciendo lo que se espera de nosotros.

Yo estoy al frente de esos caminos en este momento, enfrentando la realidad de qué decisiones debo tomar para no perder la libertad de hacer lo que amo, pero a la vez siendo responsable con mis cuentas por pagar. Y mientras analizo esta situación me pregunto: “quién decidió acaso que sólo hay dos caminos posibles”, el de tener un trabajo estable o el de hacer lo que me gusta. A veces limitamos nuestras opciones por la forma en como pensamos. Pareciera que imaginamos pocas posibilidades y muchas veces olvidamos pensar un poco más allá de lo que tenemos al frente, pensar out of the box.

Me conozco y sé que si no hago lo que me apasiona no seré la misma, tal vez perdería un poco de mi esencia y, la verdad, ¡me gusta quien soy! Todos tenemos algo especial que dar al mundo, nuestros dones que muchas veces son nuestra pasión, y la belleza de esto es que todos somos diferentes.

Hay una forma de combinar ganarte la vida y seguir tu pasión. Claro, tomará dedicación, algunos sacrificios, tiempo y disciplina.  Estas ideas seguramente te pueden ayudar:

- Conócete: Toma tiempo para conocerte, para definir tus fortalezas, tus talentos y tus habilidades. Sé honesta contigo misma. Porque sueñes con hacer algo no quiere decir que seas buena para eso.

- Trabaja duro: Los sueños no simplemente ocurren y ya, requieren trabajo y dedicación. Muchas veces escuchamos historias de personas que alcanzaron sus objetivos, pero solo vemos el resultados final, no las decisiones diarias que tuvieron que tomar y los sacrificios durante el camino.

- Sé responsable: Si tu pasión no está pagando las cuentas, consigue un trabajo que lo haga; uno que te dé la posibilidad de cumplir con tus obligaciones, pero que también te permita dedicarle algo de tiempo a lo que te gusta.

- Ama lo que haces: Crea el hábito de disfrutar todo lo que hagas, así no sea el trabajo de tus sueños. Nunca sabes qué puertas se abrirán, a quién conocerás ni las cosas que aprenderás. Con la actitud correcta todo puede añadir valor a tu vida.

- Define deadlines: Es fácil soñar y planear, pero sin fechas límite esos planes pueden tomar años. Los deadlines te ayudan a organizarte y a hacer que las cosas algún día sucedan.  

- Comienza ahora: No permitas que el miedo y las dudas se atraviesen en el camino hacia tus sueños. Sal y hazlo.

Regresando al asunto inicial, ¿qué camino escoger entonces: pasión o dinero? Yo digo ¡los dos! Sigue tus sueños, trabaja fuertemente para alcanzarlos, pero también sé realista y responsable. Haz que cada situación sume, que tu vida tenga un propósito y disfruta el ahora.

Manuelita

¿Empezando algo nuevo?

manuelita otero

¿Recuerdas la última vez que hiciste algo por primera vez? De pronto fue un trabajo nuevo donde te sentías agobiada con tanta información o presionada con jefes y clientes impacientes o, de pronto, fue algo nuevo que querías intentar hacer.  ¿Recuerdas qué estabas pensando? ¿Sentiste que alguien te estaba juzgando o, tal vez, que algunas personas se estaban burlando de ti porque no sabías muy bien lo que estabas haciendo? ¿Te arrepentiste de tu decisión o estabas emocionada de aprender algo nuevo?

Comenzar algo nuevo no es fácil. De cierta forma es una amenaza para nuestra confianza porque de repente estamos en una situación donde todo es diferente a lo que conocemos y estamos acostumbradas. Al comienzo puede que nos sintamos un poco perdidas mientras todo el mundo a nuestro alrededor parece saberlo todo.

Aunque se siente bien tener el control y saber qué es lo que estamos haciendo, a veces nuestro miedo a “soltar” nos mantiene en el mismo lugar haciendo ciertas cosas más tiempo de lo necesario.  De pronto, subconscientemente, hemos dejado de lado un nuevo trabajo, un cambio importante en nuestra carrera, una clase de artes marciales o un viaje al extranjero solas.  Puede que nos sintamos cómodas en nuestra situación actual y con miedo a enfrentarnos a lo desconocido. Pero estar “cómoda” -teniendo una vida normal, una vida sin cambios- puede ser bien diferente a vivir emocionada, inspirada, satisfecha y a sentirte realizada. Y estar cómodo es algo bueno, pero sería mejor algo más que eso, algo maravilloso. ¿Qué tal que ese sentimiento de aparente seguridad se esté atravesando en lo que estás destinada a ser y hacer?

La próxima vez que vayas a hacer algo nuevo, ten presente esto:

  • Todos comenzamos en alguna parte.

  • Ser humilde es importante. Pide ayuda si la necesitas.

  • Aprende de otros.

  • Disfruta tanto el camino como el destino final.

  • Sonríe y ten una buena actitud.

  • Da tu “extra-milla”, seguramente no te arrepentirás.

  • No todo el mundo te va a querer y eso está bien.

La mayoría de nosotros comienza desde el principio. Quienes ahora son maravillosos en un deporte o brillan en un trabajo, en el pasado, en algún momento, no sabían nada y seguramente con tiempo, dedicación y trabajo están donde están ahora.  

No saberlo todo y cometer errores mientras ensayas cosas nuevas es natural. Además, lo más probable es que esta etapa nueva te enseñe más cosas de las que tú te imaginas. Te recordará que tu valor no depende de qué tan bien hagas las cosas o de tu posición laboral. Te enseñará la confianza que se gana poco a poco y también acerca de la importancia de aprender continuamente.

Si estás satisfecha con tu trabajo, súper, si no estás interesada en ensayar cosas nuevas, eso también está bien, pero si muy dentro tuyo sabes que hay algo que realmente quieres intentar por primera vez, ¿qué estás esperando? Comienza, da lo mejor de ti, disfrútalo y aprende de la experiencia. No tengas tanto miedo a fallar porque el hecho de que lo estés intentando quiere decir que ya ganaste una primera batalla.

Por Manuelita

¿Tu trabajo se siente como un campo de batalla?

manuelita otero

¿Alguna vez alguien en el trabajo te ha tratado injustamente? De pronto alguien se quedó con los  créditos de algo que tú hiciste o, de pronto, alguien no aceptó la responsabilidad por algún error que cometió y te tocó a ti de alguna manera responder. Es posible que tus compañeros de trabajo ni siquiera se den cuenta de lo que hacen y de cómo hacen sentir a los demás o, peor aún, hacen muchas cosas poco correctas a propósito buscando únicamente poder avanzar en sus carreras sin importar por encima de quien tengan que pasar.

El lugar de trabajo puede ser difícil y a veces se puede sentir como un campo de batalla porque pasamos mucho tiempo en nuestras “oficinas” con las mismas personas bajo situaciones estresantes, así que no debe sorprendernos que el perdón sea muy necesario en el trabajo.

El perdón bajo cualquier situación es difícil, pero es más complicado cuando no hay sentimientos de arrepentimiento o de culpa por parte de la persona que cometió el error. Para poder perdonar a quien nos hiere, es bueno recordar que perdonamos es por nosotros mismos pues aferrarnos a ofensas del pasado se nos convierte en una carga demasiada pesada. Perdonar a alguien que no parece merecerlo es algo que solo puede lograrse una vez decidimos que no necesitamos escuchar de esa persona un “lo siento”. Es normal querer que esa persona sienta mucho de nuestro dolor y de nuestra rabia porque queremos justicia, pero a veces eso no es posible y aún así debemos perdonar.

¿Qué puedes hacer cuando no encuentras esa “justicia” que imaginas, pero igual quieres perdonar por tu propio bien?

Escucha y habla: Si es posible, trata de encontrar una forma de aclarar la situación. Un ambiente positivo en el trabajo siempre es bueno.

Déjalo ir: A veces hay personas que ven solo lo que quieren ver y escuchan solo lo que quieren escuchar y así, una conversación no termina en nada útil. Cuando esto suceda reconócelo y simplemente déjalo ir.

Aprende de la situación: Una cosa es dejar ir una situación y otra es dejar que suceda otra vez.  Perdonar es dejar ir una ofensa, pero no es un tiquete gratis para que la gente se aproveche de ti. Puedes aprender de cada situación, de cómo evitarla y así, lo más probable, es que la próxima vez no suceda lo mismo.

Perdonar requiere valentía y auto control, eso te hace una persona más fuerte cada vez que  practicas el perdón. A veces hay situaciones que no tienen mayor sentido, pero la satisfacción de hacer lo correcto -porque te interesa cómo te afecta y no porque te importe mucho quién te esté mirando- no tiene precio.

Por Manuelita

¿Tú y tu equipo conocen sus talentos?

manuelita otero

Alguna vez, hace como 3 años,  alguien me preguntó cómo hacía para trabajar con mi novio -ahora esposo- y vernos tranquilos, contentos, y seguir juntos después de 10 años de andar en esas. No recuerdo muy bien qué respondí en esa oportunidad porque tengo muchísima tela para cortar sobre este particular asunto. Lo que sí recuerdo de ese momento,  es que tuve la certeza (y aún hoy la tengo) de que si me tomo el tiempo de responder, sin obviar ninguno de los detalles importantes, mi respuesta sería larga -en realidad, casi eterna- y estaría llena de temas, subtemas y más temas. Sería una respuesta susceptible de convertirse en libros y más libros.

En todo caso, no es que esto sea un asunto 100% dominado, pero sí sé que después de varias crisis, charlas, errores, promesas y acuerdos, puedo asegurar, sin dudarlo, que hoy en día Mario y yo tenemos una relación laboral que se fortalece cada vez más y que está creciendo, por fin, sobre bases sólidas y bonitas. Y cuando digo por fin, lo digo desde el fondo de mil alma porque, ¡claro!, quién no sueña con que trabajando con el amor de su vida todo sea color de rosa. Es decir, que todo sea más lindo, más tranquilo, más feliz y hasta más divertido que en una oficina o un trabajo “normal”. En mi caso, durante un largo tiempo, ese color rosa fue más bien como marrón tirando a negro.

Insisto: si me pongo a hablar del tema a profundidad, sencillamente nunca voy a terminar, por eso quiero en este pequeño espacio centrarme en algo que para mí -después de haber hecho cursos de emprendimiento, protocolo familiar, programación neurolingüística y comunicación asertiva, es algo que trae paz y armonía a las relaciones laborales: darle libertad a las FORTALEZAS. Más específicamente tener la capacidad de descubrir, respetar e impulsar las fortalezas de cada miembro de un equipo, incluido uno claro está, y sin que importe el tamaño del equipo. ¿Qué quiere decir esto?

1.       Que si conozco mis fortalezas y las de otros, me va a quedar muchísimo más fácil delegar funciones, y ejercer y aceptar la autoridad. Créanme, aceptar maduramente la autoridad de la pareja en el trabajo es un acto casi que titánico. Hay que aceptarlo, muchas mujeres somos  muy sensibles y podemos confundir fácilmente una instrucción o corrección de trabajo con una ofensa o un regaño personal, pero cuando tenemos presentes las fortalezas del otro, seguro que nos va a quedar más fácil asimilarlo de buena manera.

2.       Que cuando me enfoco en impulsar mis fortalezas y no en trabajar en mis debilidades, estas últimas se van desvaneciendo y en el foco de trabajo van quedan sólo fortalezas, lo que por obvias razones me conduce a admirarme más y si aplico la misma fórmula con otros a admirar más al que está trabajando a mi lado  (por ahí mucha gente dice que el amor nace en gran medida de la admiración, digo para tenerlo en cuenta). Es difícil que alguien no brille laboralmente cuando se dedica a cultivar sus talentos

3.       Que si respeto las fortalezas de quien trabaja conmigo, seguramente me va a quedar más fácil respetar a esa persona, y ¿qué relación sana no termina basándose en el respeto?

4.       Que cuando uno se dedica a otras cosas que no son sus talentos, el agotamiento llega porque llega. Si uno está agotado porque la vida se le va trabajando en sus debilidades puede caer en la trampa de creer que ese agotamiento personal es también agotamiento hacia a su equipo de trabajo… y una mente muy agotada no termina haciendo más que bobadas.

Si ya tienes una ocupación en la que puedes pulir tus talentos, buenísimo, pero si no es así, intenta tomar tu trabajo actual, sea el que sea, y moldéalo de acuerdo a tus fortalezas. Habrá más de un beneficiado, empezando por ti. Si además trabajas muy de cerca de la persona que amas, ya sabes que se puede dejar de lado el mito de que “el amor y el trabajo nunca se deben mezclar”, colocando en el corazón de tu proyecto las fortalezas de cada uno. Ya te imaginarás lo lejos que puede llegar un equipo que vive haciendo cada día mejor lo que ya sabe hacer bien. 

Por Ana

¿Qué hay detrás de un pero?

manuelita otero

Yo fui una fan enamorada y defensora del “pero”.  Antes,  sentía que usarlo me permitía ser “amable”, sin ser “boba”. Ser “humilde”, manteniendo mi orgullo. “Perdonar”, sin olvidar. ¿Por qué? Porque el “pero” es esa palabra que se vuelve la mejor aliada cuando queremos reclamar, exigir y elogiar, PERO con condiciones, a nuestra manera y usándolo, no como un camino a la aclaración, sino como un escudo a la vez protector y acusador. Por algo una de sus definiciones oficiales es la de “Defecto u objeción”.(1)

Es decir, el “pero” nos da el permiso de hacer un reclamo sin sonar tan cansonas (Estoy triste porque no me llamaste, PERO entiendo que estabas ocupado), hacer un acuerdo con condiciones (¡Listo! Vamos a comer comida vegetariana, PERO sólo si me compras un helado antes) y elogiar a alguien dejándole claro que en todo caso hay algo que no nos gusta (Eres inteligente, PERO tu genio no es el mejor).

Entonces, ¿cómo no haber sido fan de esa palabra corta, interesante y útil del español que por años me hizo sentir “cómoda” sin darme cuenta que el exceso de su uso también me estaba limitando y excusando cuando no era necesario?

Fui fan del “pero” hasta que por cosas de la vida terminé aprendiendo -en un gran diplomado sobre Programación Neuro Lingüística- que “hay que tener cuidado con el “pero” y usarlo bien porque cuando el cerebro escucha esa palabra olvida o ignora fácilmente lo que escuchó justo antes”.(2)

Puede que al principio suene enredada y hasta rara esta premisa de la PNL, sin embargo, con un par de ejemplos –más bien sencillos- las expertas del tema en su momento, demostraron a qué iban y así nos lo explicaron: “Si ustedes le dicen a alguien ‘te quiero, pero es que eres tan cansón’, esa persona seguro se va a acordar de lo cansón y no del amor que le tienen. Si ustedes le dicen a sus hijo ´lo hiciste bien, pero tu esfuerzo no fue suficiente´, su hijo se va a acordar de la acusación sobre lo que le faltó y no del reconocimiento”.

Claro, determinar qué tan cierto es eso de que el cerebro recuerde o haga énfasis sólo en lo que escuchó después de un “pero” puede ser una cuestión muy debatible. Sin embargo, la idea nos deja una reflexión interesante… revisar qué decimos antes y después de un “pero” y para qué lo usamos. Además, podemos analizar qué tan cansones nos podemos volver los seres humanos cuando de exigir perfección se trata a todas las personas que se cruzan en nuestro camino. ¿Cada cuánto les ponemos “peros” a las personas que más queremos?

Me explico: Cuando le ponemos “peros” a todo, perdemos la oportunidad de disfrutar al máximo las personas, las situaciones y nuestros logros, especialmente los pequeños, porque cuando damos un paso ya estamos pensando en todo lo que aún nos falta. Seguramente nos decimos “ok, ya empezamos este proyecto, pero aún falta mucho trabajo”. ¿Qué tan difícil es decir “ok, qué bien que ya empezamos”, celebrar ese inicio y dejar que el “pero” se vaya de paseo un rato?

Creo que darle un descanso al “pero” es una decisión que puede traernos muchas satisfacciones y celebraciones, especialmente en nuestra vida laboral. Si valoramos nuestros logros paso a paso sin obsesionarnos con lo que falta y sin enfatizar con un “pero” los diferentes errores que van y vienen, el recorrido hacia las metas grandes se vuelve más placentero, más tranquilo y hasta más feliz, especialmente en ese ambiente laboral que suele ser frío, duro y competido.

De hecho, este es un ambiente en el que sí que vale la pena darnos esos aplausos ganados y soñados sin que el “pero” sea el protagonista diario. Un día a día laboral en el que podemos trabajar sin decirnos a toda hora “PERO es que falta mucha tela por cortar en este proyecto; la idea es buenísima, PERO es que la presentación es fea; el equipo trabaja bien, PERO ojalá fuera más grande; ascendí, PERO me falta perfeccionar el inglés…” etc, etc, etc.

Con esto de ninguna forma quiero siquiera insinuar que nuestra vida laboral se convierta en un elogio a la mediocridad, no. Sólo quiero creer que es posible vivir y trabajar admirando y disfrutando los avances -nuestros y de los otros- con actitud, ganas y menos “peros”.

(1)  Real academia de la lengua española.

(2) Diplomado en PNL con consultoras certificadas. Empresa Selectos y Selecciones | Bogotá, Colombia | 2010.

Por Ana

¿Gana-gana en el trabajo?

manuelita otero

¿Alguna vez has estado manejando temprano en la mañana hacia tu trabajo, tratando de evitar el trancón matutino, y te dices: “Espero poder dar bastante hoy”? Puede que no pensemos mucho sobre dar a otras personas en el trabajo, pero si no lo hacemos, podríamos estar perdiendo una gran oportunidad. De pronto te preguntarás, ¿oportunidad?. Cada vez que damos buenas cosas, estas regresan. De una u otra forma, pero vuelven, y como pasamos tanto tiempo en el trabajo ¿por qué no dar allá también? -y no solo hablo de dar tu mejor esfuerzo laboral-.

Dar en el trabajo es una de esas cosas con las cuales somos bastante cuidadosos, tanto que llega el punto en el que preferimos dar lo mínimo o nada a otras personas. Si somos honestos, es difícil porque desafortunadamente no todo el mundo tiene las mismas intenciones. En el mundo laboral hay personas que pueden aprovecharse de  y utilizar la información que les demos en contra nuestra o para su propio beneficio o, en algunos casos, hasta para perjudicar algunas carreras profesionales. Hay personas que harían cualquier cosa por una posición más alta o por un mejor pago. Aun así las acciones de otras personas y su comportamiento no debería limitar el nuestro.

Debemos dar según lo que podemos y dar sin preocuparnos por el resto. Claro que habrá experiencias que nos enseñarán a ser cuidadosos con personas en las que no podemos confiar y a ser sabios para que otros no se aprovechen de nosotros, pero no podemos permitir que sean otros los que determinen nuestra calidad humana y nuestra capacidad de dar.

¿Alguna vez has pensado lo que podrías compartir en el trabajo? Qué tal…

- Respeto: En clases de actuación desde el principio enseñan que al asistir a una audición se debe tratar a todo el mundo de la misma manera. Muchas veces la persona que recibe a los actores puede ser el futuro director y seguramente se acordará de alguien que lo haya tratado mal. Parece que muchas personas durante las audiciones tratan muy bien a los directores o a otras personas en altos cargos, pero tratan mal a los demás. Creo que podríamos estar de acuerdo en que eso sucede en todos los campos.  A veces hay personas en la oficina que les muestran respeto a los jefes, pero no lo hacen con la secretaria o con la persona que hace el aseo. 

- Ánimo: Es difícil imaginar la diferencia que las palabras positivas pueden tener en la vida de alguien. No sabemos la situación por la cual un compañero nuestro pueda estar pasando, así que las palabras amables pueden ser una salvación. Las palabras tienen poder, usa las tuyas para bien en todas partes a donde vayas.

- Oportunidades: Si es posible, da a personas en tu trabajo la oportunidad de crecer, aprender y de mostrar sus habilidades. Si te ayudan con un proyecto déjales saber a los demás. Si hay un problema difícil que requiere solución, dales la oportunidad para que te ayuden con el reto. A medida que tomen estas oportunidades se acordarán agradecidos de ti y de lo que hiciste por ellos.

- Experiencias: la mayoría de las personas no les gusta que otros les digan qué hacer o cómo hacer las cosas, pero aprecian cuando compartimos experiencias. A la gente le gusta sentir que tiene la libertad de tomar sus propias decisiones y cuando compartimos nuestras experiencias, aprenden de nosotros, pero a su propio ritmo.

Dar es un gana-gana, aun en el trabajo: La gente habla y así es como una buena reputación se va creando. Con el paso del tiempo te conocerán como una persona llena de confianza que comparte conocimiento y experiencias y que agrega valor al lugar de trabajo y a todos a su alrededor. Piénsalo… ¿Puedes recordar a la persona que de pronto hace años te dio la oportunidad de trabajar en un proyecto que luego te abrió las puertas a más oportunidades? ¿Alguna vez ha habido alguien en tu trabajo se tomó el tiempo para conocerte, preguntarte sobre tus sueños y objetivos y, además, te dio buenos consejos? ¿Puedes recordar a aquellas personas de quienes aprendiste tanto? Se esa persona y da.

Por Manuelita