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Que buen silencio

En la presencia de mi Salvador

manuelita otero

“Espíritu guíame donde mi confianza no tenga límites, ayúdame a caminar donde me llames. Llévame más allá de lo que mis pies puedan andar y así mi fe se fortalecerá en la presencia de mi Salvador”  Oceans by Hillsong

El otro día en la iglesia cantamos “Oceans” de Hillsong. Esta canción me encanta pues me recuerda el poder de Dios y Su deseo de llevarnos aún más profundo, lejos de nuestra zona de confort, para que seamos testigos de Su gloria y de Su fidelidad. Él quiere que vivamos vidas extraordinarias, más allá de lo que pensamos posible porque Él es Dios y Él lo puede hacer, pero a veces dejamos que el miedo no nos deje tomar ese paso de fe y perdemos grandes oportunidades. Yo quiero fe sin límites, quiero ir más profundo y dejarle el control total a Dios para que mi fe pueda crecer y fortalecerse cada día.

Mientras cantábamos escuchaba fuertemente en mi corazón la frase “en la presencia de mi Salvador”. En la presencia de mi Salvador es la única forma en la que mi fe puede crecer, es la única forma en la que mi fe no tiene límites y es la única forma para vivir la vida que Dios ha planeado para mí.  En Su presencia soy todo lo que Él quiere que yo sea, todo lo que puedo ser.

Entonces comencé a pensar… ¿Qué significa estar en la presencia de mi Salvador? ¿Es acaso el tiempo que paso con Dios en silencio cada mañana? ¿Es el tiempo que comparto con Él los domingos? ¿Es cuando me reúno con amigos a orar? Y la respuesta es Sí. En todos esos momentos estoy en Su presencia, pero no son los únicos. Para mí, estar en la presencia de Dios es vivir cada momento de mi vida en Él. Es mi diario vivir según la voluntad de Dios, en Su amor, Su gozo y Su paz.  ¿Puedes imaginar cómo serían nuestras vidas si recordamos esto más a menudo?

¿Significa esto que solo hablamos de Dios y pensamos en Él y dejamos nuestras responsabilidades, actividades y gustos a un lado? Claro que no, solo que vivimos nuestra vida como Dios quiere que la vivamos.

Escuchamos tanto sobre vivir en el presente y creo que a muchos nos gustaría lograrlo, pero es difícil pues a menudo nos sentimos agobiados con problemas. Tenemos mucho que hacer y poco tiempo para todo eso que hay que hacer; lo que llena nuestro “ahora” de preocupaciones, prisa y multitasking, robándonos muchas veces la posibilidad de saborear el momento. Sin embargo, una vez decidimos enfocarnos en Dios y vivimos nuestra vida en Su presencia podemos disfrutar de cada momento. Ya no nos preocupamos porque sabemos que esa actitud no ayuda para nada, “¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida?” (Mateo 6:27). Tampoco tratamos de hacer muchas cosas a la vez pues sabemos que “Más vale poco con tranquilidad que mucho con fatiga… ¡corriendo tras el viento!” (Eclesiastés 4:6) No nos preocupamos por el pasado porque sabemos que Dios está haciendo algo nuevo “Olviden las cosas de antaño; ya no vivan en el pasado. ¡Voy a hacer algo Nuevo! (Isaías 43:18-19)

Este momento es valioso… este latido de mi corazón, el aire que acabo de inhalar y la palabra que acabo de escribir. Esto es todo lo que tengo. Aquí y ahora estoy en la presencia de mi Salvador. ¿Qué podría ser mejor que eso? Todas las personas que están a mi alrededor, todas las situaciones que estoy viviendo y todas las experiencias por las que tengo que pasar tienen un propósito si dejo que Dios me guíe y si confío en Él completamente.  Él utilizará mi ahora para construir mi eternidad.

La vida es demasiado valiosa para dejar que el pasado o que las preocupaciones del futuro me distraigan de mi presente.  

Por Manuelita