¿Qué ves?
manuelita otero
Solía pensar que una “buena” mamá era aquella que se enfocaba primero en sus hijos, estaba siempre con una sonrisa, cocinaba todas las noches y prácticamente no cometía errores. Siendo la perfeccionista que soy, quería chulear en mi vida cada una de esas cosas que según mi opinión definía a una “buena mamá”. La verdad no sé de dónde salieron esos estándares, lo único que sí sé es que senti que ser mamá estaba siendo algo agotador que implicaba vivir bajo mucha presión. Mi corazón estaba en el lugar correcto, estaba feliz de compartir mi vida con mis hijos, pero mi percepción de ser “buena mamá” estaba basada en algo inalcanzable.
Percepción es como vemos nuestro entorno y reaccionamos a lo que pasa en él. No es simplemente obtener información por medio de nuestros sentidos; es mucho más. Incluye nuestro pasado, nuestras creencias y nuestras experiencias. La percepción se basa en la realidad o puede venir de una idea que hemos creado en nuestra mente. Es real para nosotros y afecta nuestras actividades diarias.
Ilusión es una percepción falsa. En mi caso tenía la ilusión de ser la mamá perfecta y creé unas expectativas que no podían ser alcanzadas y eso me hacía sentir como una fracasada. Me pregunto, ¿por qué nos hacemos daño a nosotras mismas poniendo estándares imposibles? ¿Por qué definimos objetivos inalcanzables para “motivarnos” cuando al final solo nos hacen sentir insuficientes? ¿Por qué nos herimos de esta manera? Nos estamos afectando no solo a nosotras mismas, sino también a quienes más queremos y que están a nuestro alrededor.
Toma un momento para cuidadosamente mirarte, mirar tu vida. ¿Qué ves? Sé honesta. ¿Ves cosas buenas? ¿Estás siendo positiva contigo misma o varios comentarios negativos están apareciendo? Muchas veces no tomamos el tiempo para analizar por qué pensamos como pensamos. ¿Que está definiendo tu percepción de la vida? ¿Podría ser también la ilusión de la mamá perfecta?
Tu percepción no va a cambiar de la noche a la mañana, pero prestando atención a lo que está dando forma a tus decisiones es un buen lugar para comenzar. Muchas de las cosas en las que crees vienen desde tu niñez y las has escuchado año tras año, así que ten paciencia, sé persistente y disfruta el proceso de analizar cómo tomas tus decisiones y si quieres cambiar algo de ese proceso como mamá. Toma tiempo para descubrir y definir tus valores, tus prioridades, y lo que de verdad vale para ti y tu familia.
En cuanto a mí y mi ilusión de la mamá perfecta… muchas cosas tuvieron que sucederme para darme cuenta de lo que me estaba haciendo a mí misma. No fue nada divertido vivirlo, pero sirvió. Ahora sé que para ser una buena mamá no tengo que seguir ciertas reglas. Cuando mi percepción cambió, tuve la libertad de ser la mejor mamá que puedo ser, con imperfecciones y todo.
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